la nomenklatura     

Claros y oscuros a la partida de Jorge Castañeda
Diana Sandoval Romero


       En los últimos días, una noticia nos mantuvo al pendiente de cada noticiero y de cada primera plana en los periódicos: Distanciado recientemente del presidente Fox, enfrentado con otros miembros del gabinete y sin lograr su meta de un acuerdo migratorio "integral" con Estados Unidos, Jorge Castañeda presentó su renuncia como secretario de Relaciones Exteriores.

       Con su personalidad polémica, sin duda será una baja importante en el gabinete Foxista, ya que no podemos negar que fue uno de los "cerebros" del llamado "voto útil" que empujó el triunfo de Fox a la Presidencia y que dividió a propios y extraños por el giro que imprimió en política exterior, aún cuando las encuestas señalaban que la mayor parte de la ciudadanía no estaba de acuerdo con su presencia en la Secretaría de Relaciones Exteriores, fue el único miembro del gabinete con una propuesta de cambio en la manera de llevar las relaciones de México con el exterior. "Voy a agitar las aguas", declaró tan pronto asumió la Cancillería. Y sí: a través de lo que llamó activismo en política exterior, impulsó la candidatura de México como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU; encendió el debate con su propuesta de integrar a México en las Operaciones de Mantenimiento de Paz del mismo organismo; recompuso las relaciones con las ONG internacionales, y trabajó porque se abriera en México una oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en Derechos Humanos.

       En lo interno, reestructuró la Cancillería: revivió la Subsecretaría de Asuntos Económicos y creó dos subsecretarías más: la de Derechos Humanos y de la Temas Nuevos de la Agenda Internacional. Luego -con resistencias internas- logró una nueva Ley del Servicio Exterior Mexicano y, en diciembre pasado, la aprobación por el Senado del dictamen que reconoce la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.

       Fracasó, sin embargo, en su principal apuesta en política exterior: un acuerdo migratorio "integral" con Estados Unidos. Castañeda llegó a mencionar: "Si en el 2002 no logramos un avance en las negociaciones del acuerdo migratorio, entonces querrá decir que mi gestión en la materia, fracasó". De hecho, lo más que pudo lograr fue el reconocimiento de la llamada Matrícula Consular para Mexicanos por parte de algunas autoridades estatales estadounidenses.

       Es evidente para todos que por lograr su propósito de concretar dicho acuerdo migratorio, Castañeda evitó confrontar a Estados Unidos. Por ejemplo, México votó en el Consejo de Seguridad en favor de una resolución que, en los hechos, exime durante un año de sanciones en la Corte Penal Internacional a soldados estadounidenses que actúan en Operaciones de Mantenimiento de Paz.

       Además le creó problemas al presidente en asuntos de política exterior. Recordemos el caso de Cuba, el gobierno de Fidel Castro acusó abiertamente a Castañeda de ser el responsable de la votación de México en favor de una resolución de condena a la isla en la Comisión de Derechos Humanos; de empujar con sus declaraciones la toma de la embajada de México en La Habana; y de ser el artífice de la solicitud del presidente Fox para que se retirara el mandatario cubano anticipadamente de la Cumbre de Monterrey.

       Sin cuidar las formas diplomáticas, Castañeda no se medía. Intentó que México mediara en el conflicto colombiano, pero "quemó" la interlocución al empujar la salida del país de los representantes de las FARC, quienes tenían una oficina en el Distrito Federal.

       Pero continuando con un análisis del Polémico Castañeda, recordemos que se echó encima a la prensa por sus desplantes, sostuvo enfrentamientos con legisladores de todos los partidos, quienes, durante meses, lo vetaron como interlocutor válido, sus pleitos también fueron con miembros del gabinete foxista: con el secretario de Economía, Luis Ernesto Derbez, por la disputa para organizar la Cumbre de la APEC; con el secretario de Gobernación, Santiago Creel, por sus intromisiones en asuntos de política interna; con el procurador Macedo de la Concha, por las exigencias para que México avanzara en la resolución de casos de violación de derechos humanos (y entre funcionarios de gabinete de Fox se habló de sus diferencias con Marta Sahagún, esposa del presidente)

       Incluso se manejó información de que la Cancillería enfrentó una docena de demandas laborales y de amparos de diplomáticos tanto por despidos injustificados como por traslados (el enfrentamiento más notorio fue con su embajador en Cuba, Ricardo Pascoe Pierce, quien denunció la prohibición de la Cancillería de celebrar las fiestas patrias en la isla)

       Después de tratar de hacer un balance del trabajo de este "cambiante" canciller, no nos queda la menor duda de que el primer secretario en salir del gabinete Foxista seguirá dando de que hablar, y esperemos que este cambio en el gabinete no sea una prueba mas de que el gobierno de Fox está pasando por una crisis en su rumbo y en su proyecto.



*Diana Sandoval Romero.
Guadalajara, México. 1978.
Participó en el Taller de Literatura del ITESO en 1998. Le encanta el ballet y sus pasatiempos son el Futbol y la lectura. Sus autores preferidos son Isabel Allende, Fernando del Paso y Angeles Mastreta. La experiencia de escribir la mueve en si misma, plasmando en los terrenos del papel los mundos que viajan a su alrededor. Es Licenciada en Informática Administrativa (ITESO).

enero
2003