caleidoscopio     

Terremotos
Alejandro Barragán



Dejando la piel a cada hora...
desgastando a cada instante la mirada,
los inquietos epicentros hacen gala,
moviendo entrañas, de la tierra. De mi alma.

En el brusco despertar de la inocencia,
en el dulce respirar de la mañana,
en el beso apasionado que te extraña;
me falta algo, me falta calma.

La vida en cada instante es más distante,
el futuro, se dispersa y se hace nada...
deténme, corazón, que estoy cayendo,
que tengo miedo,
lo único seguro aquí es la muerte.

Tirado en el espacio,
la música del ruido está en mi sangre,
se filtra por mi piel, está en mi mente,
el tóxico sonar de mis ideas
llegando juntas al centro en un instante.

Eterna soledad la del destino,
la ausencia de esperanza me acompaña,
la razón, el pensamiento, quedan mudos,
¡Que comiencen a arder en ignorancia!

Es como correr a toda prisa,
y parar de pronto,
sin una luz , sin un aviso.
El aire no te cabe en los pulmones,
Se acabó el camino.
A un paso más te abraza un negro abismo.

Me falta algo, me falta calma.
me falta reencontrarme entre tus brazos,
besar apasionado por dentro de tus labios,
hacer una explosión con nuestros cuerpos,
que llenen de silencio nuestras almas.

Buscar en partes de tu tacto,
respuestas a preguntas que me matan,
leer despacio letras raras,
pintadas con amor en tus espaldas.

En el brusco atardecer de la experiencia,
en la magia que los grises nos transforman,
los rojos, amarillos y magenta,
los verdes, en azules y violetas.

Abrir las alas, empezar el vuelo,
dar el paso y levantar al pecho las rodillas,
frotar despacio los brazos contra el cielo,
perder altura, perder la vida.



*Alejandro Barragán.
Ciudad Guzmán (Zapotlán El Grande, Jal). México. 1976.
Participante en dos años en el "Premio Nacional Juvenil de poesía Elias Nandino" Con: "Yo quiero ser tu luna llena" y con "Si tu eres mi sol..."
Sub-director de
al margen.



febrero
2003