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Fuiste tú mi Ángel Guillermo Rendón |
Hiciste luego tu petición y al no poder consumar mis alabanzas, al no poder entregarte mi cuerpo como tributo, al no poder ser tu ofrenda, me rechazaste tú Ángel caído, a quien perdoné lo que Dios no. Te diste vuelta para abandonarme y pude ver tu espalda flagelada. Aquel plumaje que parecía ser de luz, estaba manchado de humo y azufre. Lo entendí, la razón detuvo mis latidos para siempre: Sangre impura corre por tus venas. Eres ahora mi demonio.
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marzo 2003 |