deshoras     

Fuiste tú mi Ángel
Guillermo Rendón


          En busca de mi alma te encontré y tu apariencia celestial cegó mis ojos. Extendiendo tus alas frente a mí, blancas como la luna y con el brillo del sol, me dejaste ver lo que ocultaban. Entendí por qué habías perdido tu nube en las alturas, y con esto robaste mi confianza. Pecando una vez más, era tuya.

          Hiciste luego tu petición y al no poder consumar mis alabanzas, al no poder entregarte mi cuerpo como tributo, al no poder ser tu ofrenda, me rechazaste tú Ángel caído, a quien perdoné lo que Dios no.


          Te diste vuelta para abandonarme y pude ver tu espalda flagelada. Aquel plumaje que parecía ser de luz, estaba manchado de humo y azufre. Lo entendí, la razón detuvo mis latidos para siempre:

          Sangre impura corre por tus venas. Eres ahora mi demonio.


Guillermo Rendón.
Mérida, Yucatán. México.
marzo
2003