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Salgo al mundo.
El corazón me palpita, las manos me hormiguean, y tu voz se convierte en
un murmullo mientras mi mente bulle de pensamientos inciertos.
El sol se ha reflejado sobre mi armadura protectora, mientras mis ojos velan los sentimientos que quieren proyectarse a toda plenitud, y mis labios ahogan las emociones que buscan volverse expresión y transitar en alas del viento.
Sólo la luna
cómplice es testigo del débil susurro de mis labios que se mueven inconscientes
por los sueños en que vivo efímeramente las ilusiones palpitantes de mi
alma. Mi piel vibra con el suave roce de los fantasmas que acompañan mis
noches insomnes buscando llenar el vacío de mis brazos, la sed de mis besos,
el frío de mi cuerpo.
Me miras y
me sumerjo en el abismo de tus ojos, en el diálogo silencioso de nuestars
miradas que sin palabras expresan los anhelos inconscientes, los sentimientos
no confesados. En el momento de querer fundirse en una sola un velo cae
sobre tus ojos, aparto la mirada, y un suspiro acompaña el instante de
eternidad que se ha esfumado.
Camino en el tiempo sin tiempo, transitando con el sol en alas de las estrellas,
paso andariego que busca detenerse sin encontrar consuelo. Instantes efímeros
que conforman una vida de ensueño, horas interminables de rutina que vuelven
más latentes mis deseos.
Me acerco a
ti y con un suave aleteo rozo tus labios, mas cual néctar embriagante que
nubla mis sentidos no me basta una gota de tu cáliz, quiero deleitarme
en la savia de tus besos.
Muero mil vidas, vivo mil muertes en cada una de mis fantasías, en cada
abrazo, cada caricia que marcan su impronta en mi cuerpo.
Me alejo, temo
quemar mis alas al contacto del fruto prohibido que sin permiso he degustado,
pero es muy tarde, mis labios arden fébriles por el roce de tu boca.
Salgo al mundo,
te pido un beso, no quiero ser ladrona fugitiva que al menor descuido roba
un beso y escapa al amparo de la noche; quiero deleitarme sin prisa, sin
tiempo en el cáliz perfumado de tus labios, sentir tu pulso palpitante,
la respuesta que dé certeza a lo que intuyo en tu mirada.
He vivido paralizada callando mis deseos, escondiendo mis sentimientos tras una mirada amistosa, una sonrisa radiante, mientras en mi interior bulle un volcán de pasión, de deseos callados, de amor no correspondido, de gritos ahogados...
Callas. Me
observas largamente con una mirada indescifrable que mueve mis cimientos.
Me escondo tras una máscara que vela el temblor que me recorre pro dentro
mientras espero una respuesta que me eleve por los cielos o me arrastre
a los abismos.
“Duele decir
que no” me contestas. Sonrío para evitar que mis labios tiemblen y descubran
el dolor que me envuelve al ver alejarse de mí el cáliz tan deseado, al
alcance de mi mano y ahora inaccesible.
Salgo al mundo,
no he callado, he expresado mis deseos, mis labios han robado un beso dejando
de ser anhelo. He jugado la partida arriesgándo el triunfo o la derrota,
perdí un beso pero empiezo a ganar mi libertad.
Laura Morales
Puebla, México. 1969.
Se dedica a la producción editorial, y además de la lectura. Una de sus
pasiones es escribir cuentos cortos, verso libre, etc.
En 1992 fue coautora del libro "Lo demás es silencio" que se
publicó por un grupo de 14 compañeros del Taller de Literatura Popular
de la carrera de Ciencias de la Comunicación del ITESO.
Actualmente reside en la ciudad de Guadalajara.
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junio
2003 |