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La noche ha
caído envolviéndonos en su silencio, sólo roto por los ruidos nocturnos
de las ramas meciéndose al viento y los leves crujidos de la casa liberando
los ecos que permanecen impregnados en sus cimientos.
Un rayo de
luz celeste perfila en la penumbra la silueta de tu cuerpo vencido por
el sueño, mientras a tu lado permanezco despierta sintiendo aún el calor
de tus manos y el cosquilleo de tus gráciles dedos recorriendo lentamente
mi cuerpo; me tocas y vibramos en un solo latido, uniendo nuestras voces,
palpitar de corazones, empatía de dos almas que se funden en el universo.
Creamos mundos nuevos en un canto armonioso, acordes que subliman pintando la alborada, silencios expresando callados sentimientos.
Aquí me encuentro
velando tu descanso, confidente de tus secretos, sentimientos y pensamientos,
en la paciente espera de que llegue el momento de unir mi risa a tu alegría
o mitigar con mi canto el dolor que llevas dentro; acogerte en mi seno,
arrullar tus pensamientos y convertirme en tu refugio donde des rienda
suelta a tus sentimientos.
Parada en el
escenario, atenta a tus movimientos, sonrío cómplice a quien está poniendo
en palabras mis pensamientos.
Vuelvo a la realidad. Estoy sentada frente a una taza de café escribiendo estos pensamientos mientras observo el escenario vacío sólo ocupado por una guitarra que me sonríe, sabiéndome cómplice de sus secretos.
Laura Morales
Puebla, México. 1969. Se dedica a la producción editorial, y además de la
lectura. Una de sus pasiones es escribir cuentos cortos, verso libre, etc. En
1992 fue coautora del libro "Lo demás es silencio" que se publicó por un grupo
de 14 compañeros del Taller de Literatura Popular de la carrera de Ciencias de
la Comunicación del ITESO. Actualmente reside en la
ciudad de Guadalajara.
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agosto
2003 |