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Despertar
Soberbio testimonio es la puesta del sol,
sabiendo que es hermoso empezar los días,
surcando en tu inmenso mar de secretos.
Hoy amanecí con tu rostro en mis párpados...
Hoy desperté pronunciando tu nombre.
De esto y lo otro
Sabía lo que tus pechos me darían: una lección de redención.
y que tu boca provocaría sin contemplación,
mi caída inevitable.
Lo sabía y me permití comulgar,
seguí con paso inequívoco,
aposté a ser guardián de tus infiernos
di todo por tus ritos sacrílegos,
e intempestivamente me transfiguré
fui tu osadía y libertinaje.
De esto y lo otro me conmueven experiencias
me motivan a seguir buscando tus exordios
esos principios latentes en tu naturaleza.
De esto rescato tus virtudes y epopeyas
y de lo otro me quedan tus interminables caricias. 
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Pedro Alberto Aguilar Cueto
Miembro
del consejo editorial de al margen .net
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nov
2003
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