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Doble aquí, corte por la línea punteada y vierta el mar en un plato hondo
hasta la marca. Beba despacio y beba desnudo, mientras que en su cuello
su pareja sella con sus labios un beso navegante.
Agítese antes de ser utilizado, antes de que su cuerpo rinda culto a la pasión exotérmica en las sábanas. Mezcle ambos componentes y sienta cómo la lengua se adormece decantando palabras tubulares por donde fluye el ansia contenida. |
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Limpie la superficie a reparar y abra su alma al campo de las ilusiones repatriadas, al sabor a centeno en las frases grises. Manténgase fuera del alcance de la rabia, del tal vez, del día siguiente, del hoy comprimido. Mire hacia adelante y sea una persona nueva siguiendo estas sencillas instrucciones.
Rafael Ortiz
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dic
2003
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