caleidoscopio       


Latitudes
Pedro Alberto Aguilar Cueto


Bajo el oscuro manto de tus besos
me cubriste,
me enredaste a tus sábanas,
para escribir una historia de efímera tentación.

En el Pasaje luminoso
me guiaste por abismos
púrpuras e intermitentes
y justo ahí te encontré
con tus muslos poderosos
senos inmaculados,
la vía onírica...
paraíso de Dioses,
tierra para explorar en cada ilusión.

Ante el clima inestable
con tus besos resucitaba,
llenos de veneno,
dulce carne sedienta,
en todo caso se trataba de la fatal atracción
por ese demoledor ondular de tus caderas.

Con tu sonrisa que jadea
al compás de la música invisible
invitando a abandonar al cuerpo,
buscaba asociarme al tuyo.

Aún cuando pintabas tu cuerpo de colores
y cambiabas de piel a cada instante,
mi ser mimético emergía por naturaleza
convirtiéndome en maestro del disfraz.


Y sé reconocer que por ti fui camaleón
porque fui músico,
cuando necesitabas al mesías urbano
al mago que componía tus canciones
y que derramara su sangre por ti.

Fui tu poeta,
que necesitaba de la coartada,
del guiño y de la promesa
el engaño perfecto que sólo yo podía construir.

Luego fui tu diván,
para cuando necesitabas esa roca sólida como sostén
donde se erigían tus templos y anhelos.

Acabe siendo tu sueño
el amor al natural,
el amor que conociste a plena calle,
el silencio que siempre proclamó tu amor.

Donde te encuentres
volverás a ser mía,
y tatuarás todas las noches
mi nombre en tu piel,
con la luna como testigo,
y el firmamento con sus estrellas,
serán confidentes de tu cautivo sentimiento.



Otras latitudes
-caricias cómplices-


Mientras se decide el umbral cotidiano
los besos ya añoran aquellos tiempos
las caricias me recuerdan que soy tu cómplice.

Cuando te marchas
no existe la confabulación,
mis manos se quedan mudas
sin caricias que reclamen tu deidad.

Quisiera revelar tu cuerpo en un suspiro
deseo encontrarte en la brisa
y verte venir entre hojas de otoño,
al mismo tiempo atemperar tu ansiedad
mientras hacemos el amor.

No pretendo apelar sentencia,
contigo quiero estar predestinado,
a estar sentenciado a tus caricias
que me vuelven cómplice.



Pedro Alberto Aguilar Cueto
Actualmente ocupa el cargo de Jefe de Unidad Departamental de Logística en el Gobierno del Distrito Federal (Ciudad de México).
Miembro del consejo editorial de al margen .net

Enero
2004