caleidoscopio       


Mass media
Antonio Alfeca


En este mundo hay formas de salir de este mundo sin salir de él;
Santa Sabelotodo siembra por doquier flechas, rótulos, enigmas
para tanto ser dudoso en su cosecha.
Le salgo al paso y ella me asedia
con un manto muy espeso, versicólor
(veinte años, rubia, alta, ojos verdes):
>>Hace frío allá, toma el Camino por aquí y por aquí,
esto difiere de lo otro, seguro
sin duda yo haría lo mismo.

>>Todo fuera es nivola, todo la sombra de una mala profecía
y no hay causas sino Causa
para comer, para beber,
para extirparse las penas,
para teñirse de fucsia,
para anillarse el duodeno,
para perforarse el alma,
para hacerse desmontable
o también todo lo contrario.
Recibe a cambio una estupenda vida, única; ¡pero qué digo, la tienes gratis!
Y luego duerman, duérmanla y vean, y ardan
de deseo -ya dijo Píndaro
que al principio fue el fuego:
nosotros somos la chispa-.

>>Con nuestra abigarrada red Ud. podrá cooperar,
cómodamente sentado en el salón de tu casa,
desde cualquier ciudad, desde Seattle o Las Vegas,
en salvar a esos pobres niños del Sudán
que están en el puro hueso, los pobrecitos
-la verdad, y sin faltar a nuestro código ético de profesionales,
se parecen demasiado a esas chicas víctimas de la anorexia,
no sabemos por qué-.

Si alega un hastío injustificado
en sus momentos de árida incertidumbre,
si no experimentó la más absoluta normalidad
en esos días críticos,
o te abandonaron como un mal desodorante
tus seres queridos,
pondremos en marcha, en exclusiva para Ud.,
nuestra eficaz fábrica de sueños; claro está, declinamos
toda responsabilidad en caso de pesadillas
u otros efectos secundarios
aunque, sin duda alguna, lo lamentamos;
siempre actuamos de buena fe.

Le traemos, le llevamos,
le cambiamos el pistón,
le proveemos un buen cambio
y si tiene la desgracia
de algún fatal accidente
podemos remodelarle
hasta la base del cráneo;
y aún en el caso remoto
de que se le desmenucen
la tibia o el peroné
o una parte del encéfalo,
todo lo cubre el seguro:
quedará como clonado.

Siga nuestras indicaciones.

Le ofrecemos la luna y el sol,
dos relojes de charol
y mundos que no existen,
que ya no existen,
que aún no existen,
que no existirán
porque son de nuestro copyright.
Es que somos inimitables, inconfundibles,
tenemos un sello propio, genuino:
incluso podemos ser el cuerpo de Ud.;
¡mas Dios nos libre de privarle
del derecho de elegir
libre y responsablemente!

Menos mal:
queda el consuelo de no morir
por imperativo legal,
aunque me despedazase una jauría de hombres
que alquilaran mi carroña
a servicios funerarios “La Esperanza”

y aunque cambiasen la frase
de Jesús en el madero:
>>A Ti, Diosa, encomendamos nuestros productos.
Se acabó. Todo está liquidado.



Antonio Alfeca
Linares, Jaén, España. 1968.
Licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Sevilla.
Sus poemarios publicados: Poemas para nunca y Definitiva nube.
Actualmente es coordinador y realizador de la página web Mar de Poesías (http://www.margencero.com/poesia/poesia_index.htm), inserta en la revista literaria Almiar(www.margencero.com), perteneciente al grupo poético Margen Cero. Así mismo es conductor del programa de radio La tarde es bruja, en Radio Giralda de Sevilla (88.5 FM).

f e b
2004