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Los Campos Elíseos son un boulevard extenso
Si visitas el Arco del Triunfo
(hay una estación del metro bajo él)
y desciendes por la avenida
custodiada por cines y grandes almacenes
verás entonces La Tienda
y adentro lo que tanto amas
Quería llamarte
decir lo maravilloso que era estar
Ahí
Compré una tarjeta telefónica
en una oficina de correo
Y después busqué busqué una cabina
en los Campos Elíseos sin ver ninguna
hasta que la avenida Roosevelt
un jardín frente al Gran Palacio...
Poco más de mediodía
—allá temprano en la mañana—
sonó el timbre un par de veces
tu voz
a tantos kilómetros
se escuchó en el auricular
No supe que pasó
mis ojos se tornaron llanto
no podía hablar
extrañaba
los sueños rotos y los vivos
Estar en ese jardín en el centro del mundo
vacío
y la ciudad sin tregua
Y te hablé de todo eso
de ellos
recién comprados
en La Tienda
Y tu voz, firme, serena
—en contraste con la mía
hasta que la tarjeta se agotó —no mucho tiempo
realmente.
Y
en esa esquina
supe que la felicidad
es a veces un dolor tan delicioso
tan delicioso.
Antonio Marts
Guadalajara, México.
Poeta. Editor de la revista La voz de la Esfinge y Director de la editorial Paraíso Perdido. |
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marzo
2004
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