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Sortilegio del solo
Del mes de mayo extraigo sus lluvias para empapar mi pañuelo
puesto que el llanto se fugó de mí por siempre
Recojo de su suelo el manifiesto de hojas casi podridas
para que alfombren el camino que indistintamente
me llevará a ese ningún lugar que tanto extraño
De pronto sólo existe este camino andrajoso de polilla y de muerte
que no me es dado contemplar con las pupilas
Estoy exhausto
pero me apropio el tiempo necesario para escudriñar
la venenería iconoclasta de la noche
No sé qué pueda encontrar
No quiero nada
Lo cual hace más llevadero este oficio de alacrán amoroso.
Como estación rasgada
Para Estuardo Álvarez,
poeta de Guatemala.
Pobrecito el poema
vale menos que una tarde de lluvia en la cocina
es la perfecta alegoría de lo innombrable
el alma de un baúl donde refulgen chirridos
un paraíso de luzbeles eternamente adolescentes...
pobrecito el poema
quien lo escribe no sabe lo que dice.
Otoniel Guevara
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