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Escucha el canto aturdido de mis labios
cuando brota el silencio sin medida
y vaciamos el vino de pasión
en las copas de caricias encendidas.
¡Vehemencia de poseer tu cuerpo!
Afiebrados deseos de mi boca.
Escucha el rumor que se escapa
del valle de todas mis caricias
y encendidas se mezclan con tus ojos,
en mudo testigo de ardientes sensaciones
y sonrojando el anhelo en llamaradas
seducen nuestras pasiones incendiarias.
¿Lo sabes?...desde aquella noche
no olvido las estrellas en tu cielo
que extasiadas de amor y gran recelo
observaban... ¡Cuantos besos inventamos!
Encendiendo la luz del firmamento
en derroche de todos los antojos.
Tu lo sabes...en éxtasis de locura
sonrojaste a mis sábanas de sueños,
de rojo carmín de alboradas de desvelos
que ceñidas al roce de caricias
sellaron en perlas de celestes besos
¡A tus manos despiertas en mi cuerpo! |
Alma Cervantes
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