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¿Quién va a
pedir justicia por todas esas miles de personas, civiles, asesinadas en
Irak? A decir verdad una sola víctima en Occidente es rigurosamente reconocida;
en cambio, lejos, lejos son cadáveres justificados por estrategias de locuras,
de luchas antiloquesea y de desvergüenza.
Todo lo que ha justificado el sucesivo expansionismo de la política de Bush desde Afganistán, con la inhumana ley de la fuerza, ha tenido como consecuencia todos los derechos humanos pisoteados, en el día a día, sobre la población civil y sobre los presos de Guantánamo por ejemplo.
Es decir, la invasión de Irak es una tozudez más de la cicatería de la administración Bush; porque le colmó un atentado sobre su integridad nacional ante unas medidas de seguridad torpes y, en algunos aspectos, irresponsables.
La respuesta, entonces, fue la guerra en vez de la lucha antiterrorista -en donde se persiguen a algunos en concreto y no a todo un país, y además judicialmente más que nada-; fue la destrucción y el intento de determinar por la fuerza la política, el modo social y la conveniente dirección de su economía, atractiva por el petróleo.
El despotismo de estas acciones consisten en difundir de que todo es lucha antiterrorista - la bella justificación-, que por ello se va a crispar aún lo torpemente necesario hasta llegar a "matar" lo que se ha provocado, en gente o partes de la sociedad desesperadas con sus sentimientos de humillación para luchar o vengarse como sea.
La cuestión es que las invasiones que se enfrentan a la sociedad de un país o a parte de ella provocan guerrillas, "fuerzas de choque", "terrorismos a su manera" si se quiere entender, porque se imponen, se dictan las ideas del invasor con represiones o con torturas como habitualmente se demuestran. Todo pueblo se defiende.
Pero Bush y Blair seguirán satisfechos porque, aunque hayan decidido lo que nunca debieron decidir con consecuencias de cientos de matanzas, ellos están bien en la paranoia de que luchan contra el terrorismo - Hitler pensaba que luchaba contra otro mal peor-, ignorando al terrorismo de Estado y lo que significa terrorismo en su más amplio contenido de acción y de responsabilidad, de humanidad aunque pocos esto entiendan.
José Repiso Moyano
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