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“Adiós cigüeña, adiós”
Era el título de la película en la marquesina luminosa
y ese era el gran pensamiento
de mis compañeros de sexto año de primaria
y a veces el único:
“Ahí se ve todo
cómo le duele cuando se le encima
y luego cuando nace el niño”
Sólo para adolescentes y adultos
rezaba el letrero en la taquilla
El Maracas fue por su acta de nacimiento
no lo dejaban entrar
su estatura se lo impedía.
La sala estaba atiborrada
a un lado de mí
el Selsum Champú
en el otro Juan
y por allá, varios vagos de la calle Obreros
todos frente a esa ventana gigantesca
mirando fornicar a un par de niños adolescentes
Una ola silenciosa de cabezas oscuras
crecía
a punto de romper la pantalla
por el ruido de los corazones.
*Del poemario inédito “Nefelibata”
Luis Medina Gutiérrez
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