caleidoscopio       


Haya mundo
Daniel Alejandro Gómez



Los bellos átomos del mar

podrían sangrar en mis venas,

el dulce goteo de un río

puede hacer las arduas

lágrimas de mis ojos.

Las largas, elongadas, llanuras,

donde la soledad es la ley, ni escrita

ni dictada: obedecida;

dejan secas piedras-

como anacrónico fruto de un árbol

desgarrado en la raquítica sequía:

Soy de esa piedra. Soy de piedra blanca-

de mármol, montuoso o estatuario.

Soy de nieve cuando palidezco;

y, cuando en los Andes nieva,

pueden ver mi rostro; y, cuando el cielo

recuerda por la tardía tarde,

su horario de carmín y de ceniza…

¡Sea mi vergüenza, sea mi gris cabello!,

en el matemático negocio del Cosmos.

Todo debe dormir, como las estrellas

descansan en un claro día; o el sol

declina su ardiente cerviz durante la lluvia.

Soy los ojos que se cierran, soy el sueño.

¡Haya entonces el descanso a la muerte!

Acaso duerman también las estrellas

en mi mente.

El río y el mar, la montaña y la llanura

palpitan en mis propios pálpitos

(sangran mi sangre y lloran

mis dormidas lágrimas…).

Ello piensa, incluso, lo que dejo de pensar.

Sea, sí, el mundo…

cuando despierte para seguir soñando.




Daniel Alejandro Gómez
Gijón, España.
Estudió Letras y Análisis de Sistemas. Publicó en antologías impresas (Red Arco Iris, CIEN, Mis escritos) y en la red (revistas Voces, Mis escritos, Figaro, Mecenas, Parole, Letras perdidas, etc). Publicó la novela electrónica Sembrar palabras.

sept
2004