caleidoscopio       


Tres poemas
Aida Elena Parraga



Yo me imagino ser

Una palmera de sueltas greñas,

Con el viento salado de la noche

Besando la apacible desnudez

De las arenas

Me imagino más cerca

De lo alto,

De lo dulcemente azul

Que nos rodea

Y contemplarlo.

Soy palmera hundiéndome en las nubes,

En la soledad de plumas nacaradas,

En el callado viento que murmura

Historias de sangre, sal y barcos.

Soy la única palmera que subsiste,

La única sobreviviente a la sequía

Sola, erguida en esta isla

Sin más testigos que la espuma,

Que la arena y que los astros.

Espiga sin voz que va arrullando

El dormirse tranquilo de las horas,

Verde que sostienen las gaviotas,

Verde que se estira hasta más verde

Y que a veces

También llora


***



¿Qué mezcla de palabras

encierra el secreto de la lágrima?

¿Qué alquimia en qué metales

el fuego que vive en tu mirada?

¿Qué magia de antiquísimos arcanos

convierte en frutas los besos de tus labios?

¿Qué conjuro te retiene

en el aire, en el agua, en la luz,

en las alas de la alondra en la mañana?

¿Qué pócima me diste a beber

en la copa de tu cuerpo?

¿Qué milagro de las manos

de qué ángel

hace que la cruz de tu distancia,

huela a nardos, plenilunios y granadas?

¿Qué nombre he de ponerle

a este resplandor que me engendras

con licor de almendras y guayabas?

¿A qué hierba recurrir

en busca de tu aliento?

¿En qué gota de rocío

beberme tu deseo?

¿Qué fruta esconde

la tentación de tus pecados?

¿Qué pregunta es la correcta

para que contestes "sí, te amo"?


***



Llueve en esta ciudad,

es de noche.

Una estrella roja permite respirar

a los cometas...

Y una voz que murió hace veinte años

me recuerda,

que no importa dónde,

los amantes se toman de las manos

y se besan.

Ahí, bajo el frugal abrigo

de un almendro,

hay un hueco en un corazón que espera.

Se visten los parques

de hongos de colores

de pequeñísimas luciérnagas

de un beso que desborda

los bancos, los setos, las aceras.

La lluvia es entonces un milagro,

una razón para el calor

de un torso, una boca, unos labios.

Llueve en esta ciudad.

Es de noche,

mi roja estrella se ha marchado,

vuelo en mi cometa

mientras aquella voz repite

que los amantes se toman de la mano

y se besan.



Aida Elena Parraga
San Salvador, El Salvador. 1966.
Poeta y narradora.
Su más reciente titulo publicado: El espíritu del viento y otros cuentos.


oct
2004