caleidoscopio       


El monstruo de los desánimos
Bernardo Macías Mora



El monstruo de los desánimos lucha contra su espejo
se mira y no se ve, tiene la cara de un fenómeno ignoto
no pertenece al mundo donde vive
la sensación del pie lo tiene en las yemas de los dedos de las manos
por lo tanto está loco, loco al bañarse, al rasurarse, al anudarse el cuello,
loco que se cree guapo; loco que se cree de brazos largos y cintura de goma
loco que carga la mochila, loco que se enyerba y toma cocacola para el nivel de la presión
loco que asusta, loco que pinta al mundo,
   que nos pinta a nosotros junto al cielo, junto a la gente, junto al dinero.
El loco de los desánimos nos trae siempre en su mente
“Siempre en Mi Mente” y a la vuelta el “Noa Noa”, baila el loco
hay que llevarle el paso, hay que acabarse las monedas
hay que pagarle a la rocola y a la doña de la fondita de Chapultepec
el loco quiebra el disco, lo desprograma y se le graba para siempre en su mente la tonada.
Con la canción se sube al metro, molesta a los viajeros, cae a la cárcel,
come azufres gestuales, bebe el orín caliente del abreycierra puertas que lo encierra
pero sale del bote hecho un catrín.
A la vuelta de la esquina junta a la gente en círculos,
le ordena imperativamente a la culebra que se desenrosque,
todo para vendernos yerbas medicinales.

Amarren a ese loco, porque las órdenes las trae en las verijas.

El loco se dispara en la sien, pero siempre en su mente sobrevive
el loco es un ser de mentira; es un ángel mutante y revolucionario
se sabe acomodar para la foto, pero en la foto solo somos humanos maldecidos.
Siempre en mi Mente y a la vuelta el Noa Noa es un acetato para todos los gustos,
   de todo hace negocio el loco, vende “El Rey Eclesiastés para Amargados”
vende pinzas para colgar la ropa; vende cinturones autografiados por Dalí.
El loco es un inadaptado relojero judío en quiebra; un pastor aleluya
un cura millonario, un santurrón de carne y hueso que se roba los cepos.
El loco instala alarmas en los bancos, blindaje en camionetas, renta luz y sonido en discotecas.
Azael es olímpico, fue actor de Hollywood en el papel de baño.
Se sabe aparecer tanto en un petroglifo, como en quantom.
Viste igual que nosotros pues por fuera es el mismo, pero por dentro es un ojete
al fin y al cabo, loco, se mete a la política, es esa rata trinquetera, es esa chicharra merolica
   pero al mismo tiempo es un filósofo, es un sabelotodo que trae la de chingar siempre en su mente.



Bernardo Macías Mora
Tepic, Nayarit, México. 1955.
Autodidacta. Llego al final del Infrarrealismo en 1980.
Becario de INBA-L, UNAM, Editorial Novaro
Actualmente es periodista en "Meridiano", asesor editorial

oct
2004