|
Cuando el jaguar cierra los ojos
el guerrero mira
(mirar no es abrir los ojos)
La creación es
visible.
El río subterráneo guarda
en sus entrañas
peces de luz
absueltos
por la arena.
Hay
en cada fósil
el canto de un manatí.
El jaguar cierra los ojos.
(cerrar los ojos
no es dejar de mirar)
El guerrero entonces
mira y parpadea
(parpadear no es abrir
y cerrar los ojos)
En los escalones de
la pirámide
emplumada la serpiente
llorando baja.
El canto del guerrero
es una colisión de vocales.
Hay un cielo improvisado
para ti.
Una piedra en el pecho
del escarabajo
que atrapa el alma
de un guerrero.
Te cuida
antes de morir.
Y luego
regresa
al alma
de las cuevas líquidas,
subterráneas.
Leticia Cortés
Me llamo
Leticia. Me pusieron así porque así se llama mi madre. Nací en Guadalajara un
viernes lluvioso de 1980, el 22 del mes en que el cielo se llena de cometas. Mi
elemento es el fuego. Me llamo Leticia. Significa Alegría. Mi vida se mide antes
y después del silencio. Todo se resume a lo contrario a lo que significa mi
nombre. Tengo grabada la melancolía en los lunares grises de mis ojos. En las
líneas de mis manos está escrita la palabra tristeza. Estoy aquí porque no
encontré otro remedio para curar mi garganta. Porque no tenía otro lugar a dónde
ir. Soy presa de la escritura. Y no me iré, aunque me quieran aventar al vacío,
no me iré. Porque a veces soy más terca que creativa.Me llamo Leticia. A veces
soy poeta y a veces poema. Y no me extrañaría que de repente me quedara sin
movimientos: con la mano estirada hacia un papel que no existe, tratando de
escribir con tinta invisible, un nuevo lenguaje que
respire.
|
|
oct
2004
|