deshoras       


El cuerpo es una hoguera infinita
-Nueva temporada en el infierno-
Dora Moro



“La que no soy
y la que fui a veces
con la que me enamoré
de la filosofía y me sumergí
en el infierno son los otros.
La que me escupió hasta
provocar la distancia y
el horror”


Estoy a merced de los mediocres planes a futuro.
Se han llenado de pelusa los rincones de mi casa, las arañas están aprisionadas en mis libros. Me concentro en la mueca que me hace la ropa sucia, huele mal, se van pudriendo los sueños en el jardín que riego cada día con colillas de cigarro.


Dejé que mi madre muriera, bajé a la tierra a buscarla pero ya no pude encontrarla.
¿en dónde estás mamá?
Al morir te diste cuenta que tu alma no se trasladaba, ¡en vida, ya estabas muerta!
Me arrastras y cuelgo muñecas ahorcadas con tus collares y la cuchara suicida.
Las mujeres de León se unieron en lástima, montaron un teatro de la caridad
¿yo? Lo aplaudí, me gusta la limosna, cada vez que puedo me regodeo en ella,
me satisface provocar lástima, es lo único que puedo ofrecer.

No hay trabajo, el trabajo no existe en un corazón corrompido
Estoy perdida y sé que la verdad no influye sobre la nada
Por eso vivo en la nada, nado en la nada, la nada nadea en las paredes de mi casa rota, la mentira es mi sueño y mi sueño es mi verdad, estoy tan sumergida en el paraíso de la muerte que no puedo entender cómo los vivos se pasean por las reglas y la convención.
Hay un combate espiritual interno (los mil amores que me han crucificado)
es una batalla contra los fantasmas de todos los días, escupo y se me regresa una ponzoña jaranera.

Mi filosofía se ha mosqueado
Perdía a Nietzsche en algún baldío, mientras gritaba para no convertirme en adulto.
Me obligaron a ser adulto, ahora yo obligo a mis hijas a sobrevivir a la angustia.

Me he atrevido a llorar, a depender hasta volverme alguien que me empieza a parecer una desconocida. Quisiera que la vida pasara tan rápido como una bebida envenenada, morir a lo idiota- como los suicidas-borrarme las cicatrices del alma y de la cara.

No soporto la presión en la cabeza, me persigue después del accidente: la flecha se clavó en mi córnea y me cegó ante una luz que me molestaba, la oscuridad me abriga.
En el accidente alguien me preguntó si quería quedarme o regresar,
no sé a qué vine
estoy haciendo lo que no quería
en el lugar que odio
con quien aborrezco
al principio reconocí un espíritu, pero en este mundo todo está en proceso de descomposición.

La desesperación no ha sido mi alternativa, sino mi destino
la sustancia que llevo en el cuerpo es una hoguera infinita y
atravieso los día brincando desperdicios sangrientos de un pasado hemorrágico.


Soy madre experimental y merezco tanto odio por dejar un ángel en el camino de la memoria negra.
Intento deshacer el tránsito pero emergen voces que me gritan:

                                                                               ¡Dirección!

                                                                               ¡Dirección!

Gritos que son parte de un silencio porque no se hacen escuchar en un sitio de mi cerebro que no puede actuar.

La vida me unió en un una escuela inexistente para hacer que existiéramos en una dimensión paralela. Me juzgo y empiezo a destruirme, en las noches me despierto en medio de un silencio absoluto y veo agujeros por donde podría escapar a ese lado que algunos llaman vida.

¿a dónde iría si pudiera irme?                  Donde ahora
¿quién sería si pudiera ser?                       Quien ahora
¿Qué diría si tuviera voz?                           Cuando ahora

Y regreso al exilio de mi cuerpo, cuando el dolor no era un recurso y ser niña era sin quererlo y sin saberlo
Espero ser una persona de esas que resisten al desastre.

Mi dignidad es el engaño propio
La ceguera de mis ojos me refugia en cuatro paredes apartadas del sol incandescente
Me duele mi vocación pero le soy fiel.

¿Cuándo seré sólo un recuerdo en vez de recordar?. Tengo la tentación de lo imposible y cuanto más delicada es el alma, tanto más los sueños la alejan de lo posible.
Al nacer pasamos por el umbral entre la nada y la eternidad y empezamos la vida haciendo cosas sin motivo.

Puedo salirme y desdoblarme y eso hace que mi soledad sea muy entretenida, además me exime de la responsabilidad de la vida. Me puedo reír de mí misma, criticarme, pero estoy orgullosa, incluso de los momentos en que me denigro.

Me imaginaba estar muerta pero no sabía, ¿como iba saber que estaba muerta? y me di cuenta que ni siquiera había nacido, por eso no amo, no quiero amar, solo un amor que termina en la muerte es digno de llamarse amor. No nazco para no envejecer, para que mi existencia no palidezca en una sombra de olvido.


- espacio dedicado a los recuerdos-










Uno anhela a Dios para creer que algo puede ser posible pero es una fantasía de la necesidad humana.
Las etapas de la vida son inmateriales no puedo tocarlas. He buscado miradores y con el paso del tiempo me desnudo bajo la forma más despojada de arte hasta caer en un hastío respirable en cada alacena.
Sopor del ocio.
Calendario empolvado de soleen.
Cansada estoy del movimiento perfectamente silencioso de la tierra es por eso que un día no me veré más en los espejos.

El hombre vuelve la espalda a la realidad en cuanto ésta adquiere un aspecto fantástico;
por eso soy devota de la locura y me siento en el filo del ensueño a encontrar respuestas en el mundo para embarrarlas a gritos en la pared.

Entiendo muchas cosas pero no las controlo, es más fuerte la esclavitud porque la presencia, aún ausente, es un sentimiento no un compromiso
y hay presencias que duelen, que se rompen y sus fragmentos lastiman.
Duermo planeando puentes, construyendo abismos
Caminando entre mares de nervios crudos
Me arrastro con mi atractivo y excéntrico disfraz coqueteando con la zozobra para ver si me regala una frase propicia para creer en el vacío de las utopías.
Día a día vuelvo atrás pero mis huellas en la celda de los sueños me llenan el hígado de aceite.
Esto es un simulacro de vida, me reconforta ser fría e indiferente ante el cosmos que se despeña.

Seguiré con mi nomadismo para huir cada vez que me agote.
Me salvo encerrándome en mi y ahí en ese lugar seguro y absoluto no puede entrar nadie ahí vivo gritando en las llamaradas de un destino roto pero conmigo, sólo conmigo.



Dora Moro
Guadalajara, México. 1969.
Escritora e investigadora independiente desde 1983.Diplomado de literatura por la Sociedad General de Escritores de México. Ha participado en talleres literarios con Silvia E. Castillero, Raúl Bañuelos, Juan Bañuelos, etc. Ha trabajado en universidades como la de Guadalajara y Cuahutémoc. Creyendo que el poeta es artífice de la verdad, se dedica a impartir talleres (Epígrafe), a poetizar y al ensayo de tiempo completo..


oct
2004