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Soy el navegante de este naufragio
Sobre el mar real un día cualquiera,
En calma, nublado, con luz apática,
Al margen de conversaciones y diálogos,
Sin ánimo o título de huésped en ars poetica.
Las palabras ya no son hebras ni flores,
Sino astros negros y blancos,
Deshilachadas rosas marrones,
Surcos en losas ásperas e inacabados
Registros que aguardan la postre.
Conocedora de la voz enredada, dicto el vacío
Que pretende acogerte, el espanto deshace la impotencia,
Y como un telón cae en mi garganta
El eco de las alas de un pavón. Efímera,
Sintetizo con la perdurable compañía de tu luz.
Y en medio de la fundación de esa conciencia
Pesco sardinas y erizos en las playas
Mientras tú articulas las palabras
En incuestionables castillos de naipes.
Infatigable, suscribo el alma a la arena de las playas.
Ewa Palka
Madrid, España.
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Dic
2004
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