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Contengo al espacio
en el tiempo curvo
lugar de tránsito
de descanso
me instalo en el suelo movedizo
oliendo al aire
espero
Cruza el dintel
una figura
es una mujer
alta y jorobada
lleva un sombrero
con una pluma imposible
su cara roja
tiene una abertura
por donde salen
mares enteros
de húmedas letras
sin saludar siquiera
se instala
me mira y mira
me inunda
de voces crispadas
de sílabas
y consonantes afiebradas
una frase subida
en mi pantorrilla
me obliga a actuar
-Buena señora mía, sus palabras me lastiman
¿Pudiera usted ponerles correa o llevarlas a pasear?-
Su cara torva
la mía
en un espejo viejo
me responde un
chorro de vocales
recién nacidas
Nada
-insisto con insistencia señora, respete las leyes del
tránsito, del cambio profundo-
Ríe con ganas
mientras se rasca la panza
llora de gusto mientras
eructa desesperanza
juicios absolutos
me pide que me acerque
Me resisto al acercamiento
la estructura dentro mío
me lo impide
ella viene de abajo
del lado más oscuro
y vulgar de mi alma
El instante aletargado
bosteza
y rompo lo roto
y me acerco
Cara a cara
huele mi piel
su aliento agrio
me pierdo
en sus ojos oscuros
los leo
sonrío
no es odio
lo que encuentro
es miedo
Venzo el asco
que sube por mi garganta
y le toco la mano
me siento el alma
tan fría
tan caliente
ella me abraza
me besa los labios
lloro desconsolada
por mis ojos
comparto
el miedo
conmigo
al fin. |
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