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El viejo le preguntó al niño, ¿qué es lo que esperas de la vida?
El niño le dijo, espero ser lo que tu fuiste..., a lo que el viejo responde
y qué sabes tu lo que yo fui... el niño no contesta y el viejo lo queda
mirando. Paso una media hora, siguieron en la banca... paso una señora
de blanco regalando pasteles y el viejo le dijo al niño, ¿quieres uno?
El niño aceptó la invitación, pero solo con una condición, cuál dijo el
viejo y el niño respondió, que sea de manjar y crema pastelera, el viejo
sonrío y dijo, que curioso tenemos los gustos iguales, por favor señorita
dos pasteles con lo que mi pequeño amigo a dicho...
El viejo sintió una empatía enorme con aquel niño, el cual solo se limitaba a mirarlo y sonreír.
Un golpe eléctrico en el cerebro del anciano lo estremeció de tal
forma, que su mirada se fijo en todo el entorno que lo rodeaba, el en su
banca, mucho verde y una que otra mujer de blanco, curiosamente un cosquilleo
motivo que se tocara la cadera, al sentir una textura extraña en su chaleca
abierta y de color crema, metió la mano en su bolsillo, saco una foto con
la imagen del niño con el que estuvo hace algunos minutos, segundos o tal
vez décadas, en efecto, era el mismo niño, solo que la imagen estaba algo
difusa. Debido a que la foto está en blanco y negro y a un notable deterioro,
solo por curiosidad miró el reverso y vio una pequeña nota con una notable
escritura infantil que decía...
Yo a los nueve años.
Miguel Tutera
El autor, es un hombre de 28 años que estudio marketing y aún le faltan
tres ramos para terminar su carrera, es un tipo mas bien tímido de muchos
conocidos y pocos amigos, su vida se pasea por los cafés y calles de santiago
de chile, un momento, para resumirles el cuento.. Me presento, Miguel
Tutera, aprendiz de poeta, aspirante a escritor y a quien guste de mis
letras un humilde servidor.
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Nov
2007 |