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El terror se apodero de los zapotlenses, los medios de comunicación
advirtieron la existencia de un asesino en serie. El gobierno para intentar
controlar los crímenes ordenó el toque de queda. Entre la tragedia y el
temor apareció alguien que le dio tintes de arte a la macabra situación,
un simple fotógrafo de sociales llamado Toño; que accidentalmente se encontró
en el lugar de un crimen y comenzó a tomar grandiosas fotografías.
La policía investigaba, pero no había grandes avances. Las escenas
del crimen eran variadas, desde encontrar cadáveres destazados y llenos
de mensajes, hasta con una simplicidad, como lo es un balazo en la cabeza,
y tiradas en un barranco o flotando en la laguna.
El Diario daba las terribles noticias engalanadas con las extraordinarias
fotos de Toño, éste entró por la puerta grande en un periodismo gráfico
en serio. La gente comentaba que las fotografías del joven eran impresionantes,
sublimes y sobre todo nada asquerosas. Eran vendidas por el Diario a los
semanarios de la región y en algunos diarios estatales.
Toño no abandonó lo de sociales, al contrario, abrió un suplemento
comercial de "Alta Sociedad", en el cual la gente pagaba por
salir en sus páginas. En pocos meses Toño comenzó a ganar mucho dinero
y se dio una vida de lujos.
Los crímenes seguían, y las fotos de Toño se hacían más famosas.
La policía seguía con incógnita del asesino, investigadores privados ayudaban
en la búsqueda, pero nada. Ya eran tantas fotos y estás tan famosas que
la Casa del Arte le propuso hacer una exposición de ellas, a lo que Toño
acepto. La población ya no estaba asustada, al contrario, esperaban ser
captados por la lente de Toño. La policía buscaba cadáveres e inmediatamente
iban por el fotógrafo y lo dejaban tomar las imágenes antes de comenzar
hacer las investigaciones. Pero los crímenes aumentaron y comenzaban a
complicarle a Toño el montaje de su exposición, tenía bastante material,
y el asesino día a día dejaba más muertos.
Por fin se llegó la fecha de la inauguración fotográfica llamada
"Instantáneas de un homicida", miles de personas se arremolinaban
en la entrada de la Casa del Arte. Se dice que en una semana de exposición
la vio medio millón de personas, que pasaron día y noche a verla. Fue tan
exitosa que TV Azteca hizo un programa especial de la exposición y otro
de la vida de Toño.
Después de dos semanas la directora del recinto mandó quitar las
fotografías, encontrando una terrible escena, que ocasionó el terror en
los zapotlenses y la furia de las autoridades del país, Toño fue asesinado.
En medio de la sala de la Casa del Arte, fue encontrado colgado de
sus tripas, el fotógrafo más famoso de la ciudad, golpeado y con las plantas
de los pies quemadas, abajo de él se encontraba un charco de alcohol y
vidrios. Múltiples cortadas y símbolos extraños en todo su cuerpo, colgando
de su pecho una cámara digital con tres "Memory Stick", en los
cuales al descargarlas mostraron más de mil fotografías el paso a paso
del asesinato de Toño.
Las fotografías fueron vendidas por sus familiares en miles de pesos,
quedando como los nuevos ricos de la ciudad, además a Toño se le dio por
parte de las autoridades municipales la distinción del "Hijo más ilustre
de Zapotlán".
Los asesinatos concluyeron en la ciudad, pero otro asesino en serie
apareció en Tamazula, las autoridades de allá están en la búsqueda de otro
gran fotógrafo como Toño.
Milton Iván Peralta
Zapotlán el Grande, Jalisco. México. 1982.
Asiste al taller literario de la Casa de la Cultura de Zapotlán, coordinado
por Ricardo Sigala. Ha publicado en revistas como el Tragaluz núm. 20 (Guadalajara),
Liliput (Nayarit) la revista electrónica al margen (www.almargen.net) en
el número de febrero del 2005 y en enero del 2006, en la "La manzana",
número 5 y 8. En el Suplemento cultural Zafra, que se edita en las páginas
del diario Milenio de Colima. En la página web Columnistas (www.columnistas.com.mx)
y diferentes diarios de la región.
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