ascua
maría teresa gutíerrez





     Agua, siempre quiso beber un poco de agua. Cuando apenas era un ascua no sabía por qué se la negaban. Una sed ancestral se sumaba a todas las de su especie. El agua era una palabra tabú, nadie podía mencionarla sin horrorizarse o lanzar maldiciones. Pero como en toda cultura, humana o de los objetos míticos, lo prohibido es la piedra donde se erigen todos los deseos y se atisban todas las curiosidades, ella, segura de sus necesidades, un día, cuando cumpliera su mayoría de edad, cuando iluminara todo el entorno de su alrededor, desafiaría a sus ancestros y familiares. Ahora, apenas servía para delinear los contornos de las cosas más cercanas, los objetos distantes no podían aspirar siquiera a su débil calor, su pequeña luz apenas servía para darle vida, el resto era penumbra, todavía no se convertía en el sueño de Bachelard.

     Sí, nació llama. Fue siempre una lengua de fuego juguetona y caprichosa, siempre al amparo del hogar. Cuando cobró fuerza y brillo, cuando se destacó de entre los suyos quiso independizarse y ser una llama libre para probar suerte. Así lo hizo. Entonces dio rienda suelta a sus deseos. Varias veces estuvo tentada a beber un trago de agua, pero en su memoria resonaban las palabras de sus mayores: "el día que la enfrentes, tus segundos están contados, no sabrás más de ti". Pero esos eran mitos, nadie había estado de testigo como para contar realidades. Su sed iba en aumento, conforme crecía su luminosidad y calor. Un recipiente cilíndrico y trasparente lleno de agua la sedujo, ella no pudo ser indiferente ante tanta nitidez, ante tanta frescura y se dejó llevar hasta que sus labios supieron el sabor del daño. Si el amor es esto -se dijo a sí misma- va mi vida por ello y bebió hasta extinguirse.





maría teresa gutíerrez
Yo, María Teresa Gutiérrez, Nací en Sta. Anita Jalisco, el 28 de Feb. de 1959. Hice todos mis estudios en escuelas pùblicas. Empecè a escribir a los 15 años algunos poemas y relatos. Sentì el impulso de las letras desde siempre, tanto la lectura como la escritura. Desde entonces no he dejado de leer y de escribir. Mi gusto por las letras me marcó el rumbo de mi profesiòn. Estudié la Normal Superior en la orientación de Enseñanza del Español (fui la primera generación reconocida como licenciatura ene sta área); no satisfecha, hice la Lic. en Letras Ibéricas e Hispanoamericanas. Tengo 24 años de enseñar a un montón de generaciónes de adolescentes desarrapados cómo acercarse a la lectura y a la escritura; desde entonces he impartido cursos en distintos niveles educativos relacionados con la escrtura. Hace ocho meses obtuve el grado de Maestra en Lingüística Aplicada, por la Universidad de Guadalajara. Sigo dando clases, leyendo, escribiendo y tratando de publicar.