la inspiración
queta navagómez





     Cuando lo llegaba a visitar la inspiración, él, lleno de entusiasmo, dejaba a un lado las diarias responsabilidades y escribía durante horas. La inspiración se le manifestaba como una inquietud creciente, seguida de ligeros golpecitos en las sienes y urgencias por tomar la pluma para anotar las maravillas que ella concebía.

     Hacía ya tiempo que la inspiración - entusiasmada en dictarle una novela de seis tomos - caía en impertinencias al no respetar horarios de trabajo y sueño. Violáceas ojeras pregonaban por doquier sus inspiradas noches. Él cansado de obedecer, tomó una decisión: la acostumbraría a un horario fijo, si ella no estaba de acuerdo, podía irse al demonio.

     Ella golpeó con tenacidad dentro del cráneo sin obtener respuesta, él, apretándose la cabeza, resistía los embates. Era necesario imponer disciplinas a la inspiración.

     Quedó rígido, con los ojos agrandados fijos en el techo, y las manos presionando las sienes, en tanto que la inspiración, martillo en mano, rompía el cristal de la ventana para respirar mejor su libertad.





queta navagómez
Bellavista, Nayarit.
Licenciada en Educación Física. Premio Nacional de Cuento Álica, de Nayarit (1995). Primer lugar en el concurso de Cuento de la Revista Marie Claire (1995). Tercer lugar en el Certamen Literario Antoine de Saint Exupery (1977). Primer lugar en el III Concurso de Poseía del Club La Pluma del Ganso (1998), entre otros