50 haikus para obispos
fej delvahe




No es perversa
la impaciencia con obispos
deleitados en insulsos.




¡Ay, de ese gastarse más
en sacerdotismos y episcomanías
que en la potencia destornillada del Espíritu!




Mejor obispo
de naranjas o manzanas
que de galletas y leche.




Una dieta con menos pan de obispos
y más agua del Anarquista
es ayuno necesario.




¿Se trataba
de no «pertenecer al mundo»
para «pertenecer al mundillo de los obispos»?




Quien se encanta ante nebulosas de obispos
puede que no mire demasiado a menudo
hacia nebulosas como la de Orión.




Se ven tantos
obispos marianos
y tan pocos jesusnazaretianos.




Mala ruta
la de subir hasta obispo
y no bajar raudo.




Fue del mar Mediterráneo
de donde surgió la especie de los obispos
que tanto teme al agua salada.




Obispos aceptables
si dejan que la evangelización
les dé de lleno en su ombligo.




¡Hostia!
¡Un obispo elegido democráticamente!
¿No será hoy día de los santos crédulos?




El que apunta a obispo
váyase a solear y a nadar en cueros.
Le será medicinal para entonces.




Existen comunidades de seguidores de Jesús
sin sacerdotes ni obispos
y no irán al infierno por ello.




Obispos nacionalistas
del nacionalismo clerical
debieran hacerse extranjeros en su nación.





Profetas hay de muchas clases.
Obispos son casi todos
de clase sacerdotal.




La Iglesia clérigocristiana
posee rima de obispos,
complejos artificios sin haikus.




Quienes en su cristiandad
tienen poco que objetar a los obispos
cultivan mucha tirria contra los librepensadores.




Cuando los obispos se reunen
por pelillos o comillas de liturgias
¡resulta tan habitual que Marta les prepare la cena!




Sopla el Espíritu,
se agitan los desinstalados en busca de sentido,
se parapetan los obispos en su clericalismo.




Rechazan mis versos como obispos,
sólo porque les solivianta
la ordinaria teología que describen.




Selectos feudatarios del clan sacerdotal,
obispos por custodia, letanía, ejecutoria,
de un código de cánones al ancho de su embudo.




Una cotorra cotorrea
desde una jaula de obispos
glorias a los que asisten a misa.




¡Válgame Dios!,
exclama la vieja rezadora de rosarios
al probar que su obispo es un cacho burocracia.




¿Y es fácil,
tragarse el cristianismo de obispos
sin vomitarlo de vez en cuando?




Un mendigo pordiosea a las afueras de la catedral.
¿Quién pide más para su propia solvencia:
él o el obispo que está dentro?




Entre la utopía y la organización
la variedad de reinos es enorme:
de Dios, de dioses y por supuesto de obispos.




La religión no es absoluta pero sí polifacética,
incluye muchos géneros e inventos,
uno muy conocido es el de los obispos.




Desde lejos
ya confortan las vainas del flamboyán,
ni de cerca el obispo con sus revestimientos.




De la visita de monseñor nos quedó
una reprimenda de docto en la Buena Nueva:
«Hay que formar un coro para cantar en el templo».




Los anillazos de obispos son casi filiales de Amasías,
nada que ver con pastores, con recogida de higos.
¿Por qué los dedos de Amor o Amós detestan esas ampulosidades?




Si algo satisface a los obispos
es que le adulen su clericalismo;
creen que a los críticos no los tienta Dios sino el diablo.




Ni libérrimos ni libres somos,
bautizados a la libertad
en el mejunje de obispos.




¿Algo puede animar
estos cenotafios eucarísticos de obispos?
Quizás el almodrote de aceite, ajos y queso.




Nadan los peces entre los nimbos:
los obispos ya no son in aeternum,
vienen sin mitra y van sin realce.




Dicen que es amarulencia,
así contraargumentan y me la achacan.
¿Criticar el clericalismo episcopal no puede ser disenso?




Un burrito libre junto al espliego
inspira más espiritualidad que
la solemne procesión presbiterial junto al obispo.




Madura con limón y una pizca de sal,
la papaya puede hacerme humilde y manso,
el boato episcopal, en cambio, úlcera de estómago.




Al nombramiento de obispo
se sube con currículum vitae,
al hábeas corpus se baja por derecho.




Un perro realengo
huyó aullando
cuando el séquito del obispo le pisó el rabo.




Las señoras vagabundas con bolsas y sin hogar
no son patronas de obispos, rectores ni cofrades
y sin embargo buscan a Dios con desesperación.




Azahar de limonero, cidro o naranjo
se parece en color u olores al magisterio de obispos
como el cielo azul abierto a la cleroreunión negra cerrada.




¿Pastores para el todopoderoso Dios y su rebaño de la libertad?
De facto son pastores
para el todopoderoso clericalismo y su clerocracia.




Si te pones a estudiar teología clericalizada
y conformas tu cabeza a esa parcialidad,
las manos de un obispo te cubrirán la coronilla.




Hace un domingo primoroso.
Les pregunto a los jóvenes: ¿playa o Corpus Christi?
Eligen con alborozo la playa y el obispo se cabrea.




Las diócesis con sus obispos,
las parroquias con sus presbíteros,
las granjas con sus lindos pollos a base de pienso artificial.




Es un sacrilegio
elaborar un plan para la evangelización de niños
y no para la evangelización de obispos.




Si la vagabundería es mil millones más teológica
que las episcomanías y los adornos catedralicios
¿por qué la eminencia no se le da a los pacíficos vagabundos?




Los pueblos de hijos de Dios
se convierten en pueblos de sacerdotes,
e incluso hay pueblos de hijos de obispos.




Los obispos serán evangelizados
cuando las ranas echen pelos,
cuando las aceitunas den cinamomo.




No soy mejor que ningún obispo.
Pido perdón y nueces con uvas pasas.
Resulto impresentable ante su pulcritud.





fej delvahe
Soy teólogo por la Universidad de Salamanca (España), escritor como cualquiera y en la actualidad estoy trabajando como emigrante docente en República Dominicana —por supuesto, algo subrepticio, para que no me quiten el poquito espacio eclesial que aún me queda donde poder ganarme la sobrevivencia diaria—.