La llama desvanecida
Pablo Martínez Antúnez



 La insensata triste llora
Por la llama intangible,
Y las brisas que apresuradas apagan la luz de la vela,
Y el desvelo en vano fue,
¿Qué hay detrás de la pared?,
¿Que hay en el espacio de la negra noche?,
¿Qué oculta la misteriosa huida de la llama?,
Mientras la ternura y las caricias
Adornan el sólido sentir de la inocente
Que llora su alma inconsolable
E ignora la causa de su llanto,
Tiempo que pasa,
Tiempo que no se detiene,
Tiempo que calla lo que mira;
Vuelan las aves en el espacio,
Vuelan las palabras impacientes,
Que rebotan en los barandales del enigma
Calla lo que ve, y sigue caminando,
Apaga la linterna y asómate en el balcón,
El miedo no está presente
Solo un nudo en la garganta
El fiel suspiro termina,
Y la llama sigue allí,
Lejos de la senda del amor,
Las esperanzas calman la turbulencia
Y la muralla refugia la bella niña
Regocijándola entre sus brazos
La ira no reclama su lugar
Mas el amor doma el huracán
Y la llama se va
Y se pierde en el silbido de las aves.



Pablo Martínez Antúnez.
Oaxaca, México. 1982.