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Por la mañana trastabillas y no me desagrada.
Caminas por la senda del trabajo, sudor y alma
Caminas por la duda, la curiosidad y el hallazgo
tú te emocionas y yo empiezo a despertar.
Caminas por tus palabras y tus párrafos
Por tus páginas y tus suspiros y yo ya estoy despierto
Cuando el sol ya nos ha volado tu sigues soñando
y con la pluma dando.
Yo ya caldeado de tanto observar tu envidiable caminar.
Cuando fuera, en el campo, un millón de insectos cantan
ardo desde el alma
y tú, recostada, hermosa y exhausta
tu huerto fruta y agua...
y yo me quedo quieto, custodiando,
custodiando tu bien ganada calma.
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