Echedey Hernández Aretaga*


hasta los huevos


       Fuera llovía, el cielo lloraba lentamente sobre la ciudad, la calle estaba desierta al igual que el bar donde había quedado de encontrar con Jorge. Como de costumbre Jorge llegaba tarde, me senté en el rincón más apartado del bar y pedí una cerveza, me dieron un plato de aceitunas con ella (que detalle).

       Decidí realizar una lectura profunda del País (a las 6 de la tarde), para hacer tiempo hasta que llegara el malquedas de mi amigo; pero cuando uno tiene una tormenta interna, no se puede concentrar con facilidad, así que me puse a mirar a la gente, me resultaron extraños, lejanos y desconocidos, comprendí que estaba jodido. En ese preciso momento llegó Jorge.

       - Hola, perdona el retraso- lo miré y pensé a ver que me suelta ahora- es que no veas que movida hoy en el curro, mi jefa que es subnormal y después de tenerme todo el día mano sobre mano, no se le ocurre otra cosa que a diez minutos del cierre pedirme que le haga una traducción de un rollo, de no se que business machine, que lo necesita para mañana urgente y ... ya sabes ... me tuve que quedar. Veo que has pedido una birra, voy a por algo.

       Me quedé allí con cara de tonto mientras lo veía, ir en dirección a la barra como un huracán, me di cuenta que cuando uno está algo triste las cosas van más lenta, todo está como usado, y la lluvia tampoco está de más, estaba en medio de mis pensamientos cuando escuché.

       - Bueno chaval, ¿que te cuentas?, hace mucho tiempo que no nos vemos, dime ¿que tal te va todo?.

       - Pues... No se Jorge, estoy jodido...- lo dije sin mirarle a la cara como quien suelta un buenos días, no quería que se me notara lo terriblemente mal que me encontraba, siempre he sido así, tengo un problema para reconocer que estoy mal.

       - ¿Qué estás jodido?, pero bueno como vas a estar jodido, tú que siempre estas sonriendo, vaya tonterías, yo si que estoy jodido mira el fin de semana pasado me pillé un catarro, me puse malísimo, me empezó a subir la fiebre, y no pude salir tuve que verme entero el programa del Moreno.- hizo andemán de meterse dos dedos en la boca para vomitar- Eso es estar jodido, encima sudando como un pollo porque el termalgil empezó a hacer su efecto. Pero bueno eso no viene a cuento porque no me dices que te pasa.

       - No sé, un poco de todo Jorge, estoy hasta los huevos.- pensé como seguir para explicarle que aunque todo me fuera bien habían habido muchos cambios en mi vida últimamente y que necesitaba un descanso, necesitaba soledad, conocerme a mi mismo, o mejor necesitaba volver a mi casa, para poder empezar de cero, se lo iba a decir cuando escuché.

       - ¿Que tú estas hasta los huevos? pero porque hombre si tienes un curro guay, un piso de lujo, yo si que estoy hasta los huevos me paso todo el día currando y a cada momento me amenazan con tirarme a la calle, además te recuerdo señorito que el mes pasado estuve todo el mes parado y esa sensación si que es para estar hasta lo huevos, no veas que agobio menos mal que te tenía a ti para que escucharas mis rayadas, que si no, no me quiero ni imaginar que hubiera sido de mi. Oye y de mujeres que tal, bribón que eres un bribón.

       - Me tienen hasta los huevos- eso lo dije sin pensar, la verdad es que estaba buscando otra manera de enfocarlo, necesitaba algo más de tiempo para poder expresar con palabras que le había hecho daño a una persona que quería mucho, pero que no lo había hecho de forma consciente, que esa persona era muy importante para mi pero que de buenas a primera yo estaba en una cueva donde no quería que ella entrara, lo que yo quería es que se alejara lo más posible, lo que de verdad deseaba era que fuera feliz, que encontrara a otro, que se olvidara de mi y de mi rayadas, sobre todo eso que se olvidara de mis rayadas, mi mente se estaba aclarando, estaba encontrando el camino cuando escuché.

       - Hasta los huevos..., hasta los huevos..., muy monotemático estamos hoy, si a ti te va bien, tienes una novia que te quiere un montón, que lo da todo por ti, mírame a mi no tengo novia y tengo que ir mendigando besos por ahí con rubias locas que al día siguiente se olvidan de mi, o me vas a decir que estas mal tu con tu novia.

       - Estoy hasta los huevos- lo dije entre un suspiro, no quería decirlo así, sonaba mal y no era la realidad, busque la manera de intentar hacerle ver a Jorge que no era eso lo que sentía, quería decirle que quería a mi novia, que la adoraba, pero que la rutina nos había cercado, bueno en verdad me había cercado solo a mi, ya no era lo mismo. Me hubiese gustado ser un poeta para decirle que era la mujer de mi vida y que por eso la dejaba, preguntarle a Jorge si había escuchado el y sin embargo de Sabina. Recordé que me hubiera gustado tener el valor para decirle a ella, que en cosas nimias no había estado encima mío todo lo que yo la necesitaba (probablemente no hay quién sea capaz de proporcionar los mimos que yo preciso), y que en cosas importantes había fallado, quería decirle también que había sido cobarde. Pero en vez de decírselo me lo había callado, ya oía la música, iba a cantar como un pajarito, cuando...

       - Ya sé porque estas mal, es por esa pava que ha entrado en tu vida- lo miré con incredulidad de arriba abajo, ¿de qué me estaba hablando?-, si, no me mires así, si eres un triunfador mira que chiquilla te has comidoo- Hizo el dibujo de una silueta femenina con sus dos manos en el aire-, si es que eres un bribón, no tuviste ni que trabajártela. Ella estaba allí todo el día, para lo que tu quisieras para escucharte, para quererte y al final la liaste. Pero joder que es un triunfo primo, no conozco a nadie que ligue como tú. Te me hiciste recordar al de antes, al de antes de tú novia quiero decir. Ese si que molaba. Si es que eres un cabrón, no se que te ven. Bueno dime ¿qué tal con esta pava?

       - Estoy hasta los huevos- Otra vez lo había dicho, ¡Houston!¡Houston! tenemos un problema. La pava esta era muy buena gente, era una chiquilla encantadora, pero claro yo no me había querido liar con ella, ¿o sí?. La culpa de eso fue de ella (que machista), de un par de copas (que cobarde) y sobre todo de que cuando uno esta hasta los huevos, hace cosas que no quiere, y quiere cosas que no hace (que verdad). Le quería decir a Jorge que era un cabrón, un hijo de puta que lo mío no tenía nombre, que por eso quería entrar en mi cueva y no hacerle daño ni a una ni a otra (ni a mi), que en el fondo era comprensible mi planteamiento, y ya iba hacerlo cuando...

       - Joder tío, es que no hay quién te entienda, si no te conociera como te conozco diría que eres un chulo insensible que pasa de todo, que eres un egoísta, un bastardo- (Pensé que las dos chicas en cuestión creían eso, y yo también, 3 personas adultas no pueden estar equivocadas, o es )- Pero bueno Juín, no pasa nada vuele a ser un farsante como antes son etapas de la vida, yo estoy aquí para apoyarte para arroparte, para escucharte COÑO. ¿Le has contado esta movida a tú novia?- lo miré con la cara descompuesta- eso es un sí y ¿que tal?.

       - Hasta los huevos- bufé, casi lloro, pero soy un cabrón no puedo permitirme eso. Hacía dos horas que se lo había dicho, ella lloró incluso parecía que me quería, me pidió explicaciones ella pensaba que una ausencia suya de un fin de semana lo había provocado todo, maldita cobardía de no decir las cosas en su día. Me puse con una actitud de chulo prepotente, decía que no me conocía (en el fondo era verdad, no me conocía ni yo), me preguntaba porque le había dicho tantas cosas (simplemente porque cuando las decía las sentía), que en que le había fallado (no fallaste tú reina falle yo, por no hablar, por miedo a que me dejaras, aunque a lo mejor hubiera sido mejor así) que porque estaba así, que ella no se lo merecía (en el fondo pensé que yo tampoco me merecía esto, le había dicho que estaba asqueroso que no me viera durante una semana, y sin embargo ella insistió, cambié todos mis planes para verla, después me llamó y me dijo que llegaría tarde, esa puede ser la clave de todo, mi novia me quiere, pero siempre llega tarde, por lo menos tarde para mi) me dijo que lo de la otra no le importaba (casi me muero, pero como no te va a importar quiero que grites, patalees, llores...que me insultes, así a lo mejor todavía podemos luchar, se que lo hará pero tarde). Mi novia lloraba entonces sonó su móvil, su ex novio (el que me rayaba) un par de palabras, se le cambia la cara no quiere que la vean flaquear y menos por mi (sin quererlo me clava un puñal, un puñal que me merezco, pero un puñal) decide quedar con él (otro puñal, Juín aguanta que vas bien, déjala irse y no te rayes) me dice que por favor no me hunda más, que no me conoce, que siempre será mi amiga. Yo solo le pido que no me recuerde así (en mi mente hay una pantalla que pone fin). Se va con su ex, cuando está lejos me pongo a llorar un llanto amargo, pero que me rejuvenece. Miró a Jorge ya no hago ni el intento de hablarle- Hasta los huevos Jorge, Hasta los huevos.

       Llaman a Jorge al móvil, hay un Dios en algún lado y ha decidido tocar la campana para que el Juín no caiga por K.O., veo un túnel y al final la esperanza de reencontrarme. Jorge me dice en resumen que soy un tostón, que vamos a salir de marcha, me excuso diciendo que mañana tengo que trabajar, me dice que la que le llamo era la otra pava, que porque no me venía, que joder no fuera tan pringao, que no fuera tonto que si no se la hace él- me sonrió en el fondo es un cachondo el Jorge- empieza a dibujar una silueta en el aire, a llevarse una manos a los labios, me levanto le miro a los ojos y le digo:

       - Estoy HASTA LOS HUEVOS.



*Echedey Hernández Aretaga.
Madrid, España.