Diciembre de 2002


Noemi Hernández*


el lamento de Gaia


Desde lo oscuro del espejo se alza mi lamento
Que tu sueño refleja hasta el amanecer más próximo:

Mundos gaseosos en metal me avientan al abismo de la asfixia
Mientras la suplica de aire se queda en el intento

Pululantes larvas y gusanos se pasean por mi interior;
Roedores y cucarachas se desviven por mis pulpas putrefactas

Mi llanto ya no es de sal, ahora es mar viscoso;
Traicionero venenoso se desborda desolado.

Ácido oasis es pensar en el antaño,
cuando en mi ser rebozaban promesas y manjares

Lo que he parido, por gracia y virtud, a mi regresa
Más ahora vuelve corrompido y frío como remoto extraño.

Mancillada por polímeros, las semillas buenas no se logran
flor de ceniza me estoy quedando.



*Noemí Hernández
Guadalajara, México. 1974.
Es redactora de
al margen