final soledad


aunque siempre rechazaba mis invitaciones, siempre coincidíamos -a propósito- de camino al estacionamiento en el sótano del edificio, minutos antes de las ocho cuando quedan pocos autos. nos acercábamos cada vez más, como accidentalmente, hasta que nos besamos

todo resultó mal al final. soledad sigue fumando, además sigue conmigo. dos vicios en lugar de uno




Fotografía: Maritza Duarte
Textos: Oscar Huerta