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Quisiera hacer algunos comentarios sobre
tu artículo "La Cuba nuestra de cada día".
Me parece que tu crítica adolece de una contradicción.
Por un lado, te quejas amargamente del debate que se ha sucitado sobre
el presente y el futuro de la isla a partir de los recientes hechos (la
detención de los mercenarios, la oleada de secuestros y la ejecución de
los tres), pero por otro haces afirmaciones que confirman que algunos
sólo escriben sobre Cuba a partir de la víscera o como si se tratara de
cartas de amor o desamor.
Es muy sencillo. Los escritores y demás personas
(intelectuales o no, personalidades o no) que han tomado posición públicamente
sobre Cuba responden a dos cosas:
Primero, la información que poseen para llevar
a cabo un juicio; y segundo, su posición de clase frente a una Revolución
de carne y hueso.
En tu caso, es evidente la falta de información.
Queda en un nivel muy bajo el debate cuando se trata de analizar la pena
de muerte en abstracto, o se compara los tres fusilamientos con los genocidas
bombardeos yanquis. Parece que no entiendes que Cuba es una pequeña isla
a 60 millas del imperio, que ha vivido más de 40 a años en constante hostigamiento
y que ahora más que nunca (incluso más que Playa Girón) se encuentra amenazada
por una invasión militar de la potencia más grande de todos los tiempos.
Parece que no entiendes que la llamada disidencia
es una organización contrarrevolucionaria organizada y financiada desde
EU para golpear al régimen cubano (esto no es una suposición, está perfectamente
documentado, hay que informarse antes de hablar); y tampoco entiendes que
Cuba se encontraba en una situación muy delicada, con siete secuestros
en seis meses y cuando menos un intento al día en lo que era una escalada
de una crisis migratoria alentada (si no es que organizada) por el gobierno
gringo con miras a dar el pretexto para la invasión armada.
Es en este contexto que se debe analizar
por qué Cuba decidió defenderse con tanta firmeza y poner un alto a la
oleada de secuestros tan de tajo. Sólo así podrá entender que había que
elegir entre la muerte de los tres fusilados o la muerte de miles que implicaría
una invasión yanqui en Cuba.
Que el régimen cubano es una dictadura es
una discusión que tampoco aguanta una argumentación de medio minuto. En
América Latina los dictadores los pone y los quieta EU, si el régimen revolucionario
no contara con el respaldo de una aplastantantísima mayoría del pueblo
cubano simplemente no podría sobrevivir ni dos horas, pues todos sabemos
que están en la mira de EU. Si Fidel fuera un dictador no contaría con
más de 600 atentados frustrados por parte de la CIA. Si Cuba fuera esa
especie de campo de concentración que muchos ingenuamente ven no se hubieran
congregado más de un millón en la plaza de la Revolución el 1° de mayo.
El otro problema, el de la visión de clase
es más absurdo de discutir en privado, preferiría hacerlo en un espacio
público. Pero mencionaré dos cosas. Para derrotar al imperialismo, al neoliberalismo,
al capitalismo, hace falta enfrentarse con la firmeza necesaria y consiente
de que la lucha puede costar vidas humanas. En la lucha contra el imperio
no se puede andar con medias tintas: o se le derrota, o se perece; y en
estos tiempos de definición y prepotencia imperial tampoco hay puntos medios:
O se defiende a la Revolución cubana o se le deja morir, te guste o no,
así ha puesto las cosas Mr. Bush.
Cuba es un tema delicado no por su emblemática
carga ideológica, sino por su claridad, que pone en su lugar a a cada quien.
En la lucha ed clases a nivel mundial ¿tú en qué lugar estás?
Sara Carrasli Andares, Ciudad de México
Oscar Huerta responde.
Es muy cierto que la ola de secuestros se debe a una campaña financiada por Estados Unidos (con el programa USAID Cuba Program como menciono en mi artículo), pero eso no es una buena excusa para utilizar excesivamente la fuerza. Precisamente esa es la intención de los opositores al régimen de Fidel Castro, forzar errores para tener una causa medianamente valida para lanzarse sobre Cuba.
Quiero proponer algunos puntos de reflexión:
Karl Marx afirmaba que el motor de la historia
son las revoluciones, quizá la revolución cubana cumpla perfectamente con
esta premisa, sin embargo siguiendo la misma lógica se esperaría que otra
revolución acabe con el régimen cubano, esa revolución estaría financiada
seguramente por los Estados Unidos. Me gustaría pensar que Karl Marx esta
equivocado en esto, y que el proyecto de Cuba puede seguir adelante en
concordancia con las inercias económicas y políticas. Cuba es un caso sui
generis por el bloqueo que ha sufrido durante tantos años, imaginemos por
un momento que Cuba nunca es bloqueada y que pudiera convivir en el comercio
internacional, ¿hubiese sobrevivido Fidel Castro a las presiones globalizadoras
con una economía sólida?
Se ha visto que Bush y sus amigos no se amedrentan
ante consideraciones morales o humanitarias de ningún tipo. Excepto Cuba.
La isla es el último bastión efectivo de políticas de izquierda, por lo
tanto (quizá involuntariamente) se ha convertido en un emblema de las corrientes
antiestadunidenses del planeta. Intervenir Cuba significaría incendiar
las corrientes de izquierda del mundo, por eso apuesta al desgaste, a la
espera de la caída de Castro. El simbolismo y la carga ideológica es lo
que ha mantenido a Cuba a salvo de una intervención. La fuerza militar
de Washington podría acabar en una semana con la resistencia cubana, basta
mirar Afganistán e Iraq, las ideologías y la firmeza de los gobiernos y
de los pueblos nada pueden hacer contra toneladas de bombas margaritas.
Hablar de la lucha de clases como si fuéramos
estudiantes de los ochentas me parece aún romántico. Suponer que sistemas
radicales como el comunismo o el capitalismo pueden prevalecer parece ser
ingenuo. Tras la caída del muro de Berlín y ahora con el colapso de las
potencias capitalistas, se ha visto que aún no existe un sistema económico
que pueda balancear el legitimo usufructo de la riqueza (tanto el empresario
emprendedor como toda la fuerza trabajadora).
Ya tendremos tiempo para ver la transición
del poder en Cuba, pero te
aseguro que habrán muchos eventos desafortunados.
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junio
2003 |